Lo dicho. Los conocimientos del descendiente de Menacho han quedado ilustradamente demostrados en la conferencia pronunciada el pasado 17 de noviembre en la Sala de Actos de de la Real Sociedad Económica Amigos del País, titulada «El general Menacho y la defensa de Badajoz', así como en el artículo 'Rafael Menacho Tutlló, héroe de Badajoz', publicado en el libro 'La Guerra de la Independencia en Badajoz (1808-1814)'. Ambos, conferencia artículo, son un encargo del Ayuntamiento de la ciudad. «Si va a escribir algo sobre Menacho, debería leerse dicho artículo». Dicho y hecho. El escrito ocupa el capítulo sexto de la publicación, cuya portada reproduce una pintura de Julio Borrell, titulado 'La muerte del general Menacho». A ella, a dicha publicación, pertenece el siguiente texto: «Dicen que Menacho era un gran señor: de buena presencia, elegante en el vestir, amable y discreto, la contrafigura del militar guerrillero. Era firme en el mando, eficaz y osado, si bien seco en corresponder halagos. En una palabra era un gran conocedor de su oficio». ¿Puede hacerse mejor perfil del noble gobernador militar de Badajoz que dio su vida por la ciudad en el asedio a la urbe por las tropas napoleónicas dirigidas por el general Soult? Seguramente, no.
Toda esa erudición, toda esa pasión, contrasta, todo hay que decirlo, con la idea que se tiene en la calle del referido 'héroe de Badajoz', sobre todo en la calle de la ciudad extremeña cuyo nombre aparece en los rótulos, la populosa y comercial calle Menacho. Y eso ya lo advierte, sin ir más lejos, el propio historiador: «Si le preguntas a la mayoría de los pacenses, de Menacho, seguramente, saben muy poco». También dicho y también hecho.
Una encuesta callejera de urgencias en el corazón de la urbe, la mismísima calle Menacho, con ninguna validez como documento sociológico, lógicamente, pero sí como experimento ilustrador de lo afirmado, da el siguiente resultado. Para la mayoría de los consultados, Menacho fue «un pintor o un escritor». Y estás son algunas de las afirmaciones suscritas por quieres, al menos, aciertan en la profesión del 'rotulado': «Un general español, no recuerdo muy bien de qué época», «un militar del siglo XX», «¿no era un militar?» y «un general del Ejército, supongo». Por fin, alguien atina algo más en las pistas: «Un general que peleó por Badajoz» y el premio se lo lleva el siguiente: «El de la Guerra de la Independencia. Murió en el baluarte». Dejando claro que es más fácil preguntar que responder, las respuestas hablan por sí solas. Por si esto fuera poco, Eduardo García-Menacho reconoce que la Historia, en general, «está muy manipulada». Lo que remite a una pregunta retórica: ¿Hace justicia la Historia a la Historia? «Lo cierto es que no podemos ponernos en el lugar de los hechos. Es muy difícil ser asépticos».
Lo cierto, también, es que el descendiente del general Menacho, es un hombre optimista. ¿Quién puede presumir, por ejemplo, de un árbol genealógico que se remonta a la época de los Reyes Católicos? Autor de libros cuyo título ya es, en sí mismo, una referencia, 'Efemérides artilleras' o 'Los caballeros aragoneses de la Orden de Malta en siglo XVIII', el historiador reconoce que la Historia de la Humanidad es la Historia de sus guerras, pero no hemos de sucumbir al pesimismo por ello: «A lo largo de la historia siempre encontramos gente solidaria, y su lucha es una lucha por sus conciudadanos», concluye. Como el general Menacho. Lo que sí tiene claro García-Menacho es el reivindicar la figura de su antepasado, como él tenía claro «defender a ultranza Badajoz, dispuesto a sucumbir o triunfar».
En la conferencia que dictó en su paso por la ciudad, pidió al Ayuntamiento una placa en el edificio consistorial a la memoria del malogrado militar, cuyos restos mortales descansan, por cierto, en la Catedral de Badajoz. ¿Pero puede haber mayor homenaje que la calle más transitada, más bulliciosa y más animada de la ciudad, lagunas culturales e históricas aparte, lleve su nombre?